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jueves, 6 de diciembre de 2012

CRIMEN DEL BARRIO EL MOLINO: ¿QUIÉN ERA EL “PITUFO” QUIROGA?


Mauro Ángel Quiroga Osorio, “El Pitufo”, murió durante la jornada del miércoles luego de ser baleado en el hígado presuntamente por “El Tortita”, un adolescente de apenas 16 años.
Este nuevo hecho de sangre sentó otra vez la feroz interna de bandas que se vive en el barrio El Molino, jaqueado hoy por hoy por familias con diferencias irreconciliables y que saldan sus deudas con armas de fuego en cuanto se cruzan.
“El Pitufo” era un viejo conocido de la Policía por la frondosidad de su prontuario y sus múltiples detenciones.
Quiroga cargaba al menos dos hechos de sangre en el interior del barrio y fue sindicado como responsable de un ataque a tiros que sufrió una mujer a quien acusaban de “buchona”.
En otra oportunidad, “El Pitufo” baleó en tres oportunidades otra vivienda del barrio y al llegar la Policía fue aprehendido, aunque se resistió, rompiendo una de las movilidades a patadas.
También fue conocido un caso en el que una discusión terminó con una vivienda del barrio incendiada, cuyo autor fue “El Pitufo”. Esa propiedad terminó consumida por las llamas después de que Quiroga incendiara un colchón y se propagara hacia el resto de la humilde casa.
Durante mucho tiempo Quiroga permaneció prófugo de la Justicia, ya que sobre él recaía un pedido de captura por abuso de armas y lesiones graves. Fue la Unidad Investigativa la que logró detenerlo y trasladarlo a la Penitenciaría local, donde debía aguardar el juicio oral por los hechos que se le imputaban, aunque queda claro que esa situación no prosperó y obtuvo nuevamente la libertad, beneficio que lo llevó a un desenlace fatal durante el mediodía del miércoles.

<b>El agresor, otro conocido</b>

“El Tortita”, un menor de 16 años, es el principal sospechoso de la muerte de Quiroga, en momentos que este se encontraba en un kiosco de la avenida Vélez Sarsfield.
Si bien no fue oficializado por fuentes policiales, el móvil del crimen del barrio El Molino es el ajuste de cuentas. Tal como anticipamos en el principio del artículo, esa zona es disputada por dos bandas antagónicas.
Es lamentable hablar de una muerte y peor aún que el encargado de ejecutarla sea un adolescente que, entre otras cosas, debería estar concluyendo sus estudios secundarios para disfrutar de las vacaciones. Son realidades muy diferentes las que se viven en “El Molino”, cargadas de tensión y violencia, lo cual debe ser intervenido por el Estado que parece haber “dormido” la siesta una vez más tras el crimen de Ivan Roco, presuntamente en manos de “El Pañalín”, menor que fue detenido, pero esto no soluciona el problema de fondo.

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