Lamentablemente en San Rafael no estamos ajenos a la presencia de personas que hacen del delito su “profesión”. Y claro, al igual que en todos los ámbitos de la vida, existen unos más experimentados que otros. La historia que narraremos a continuación detalla la actuación de dos delincuentes que lejos están de ser considerados malhechores de “elite” en nuestro departamento.
El hecho del que fueron protagonistas sucedió en una panadería de la avenida Balloffet al 2000, cuando valiéndose de algún tipo de arma (no trascendió cuál era) ejecutaron un asalto para llevarse 300 pesos.
Y aquí es donde se expone la débil tarea de inteligencia que realizaron los malvivientes previo a concretar el robo. Al momento del episodio, la avenida en cuestión se encontraba plagada de efectivos policiales por motivos de un accidente de tránsito en la intersección con Sarmiento y por el operativo de prevención que garantizaba seguridad en una competencia ciclística. A raíz de esta situación, inmediatamente después de haberse producido el asalto, una movilidad llegó hasta el lugar y siguió desde atrás a los ladrones que huían en una motocicleta.
Concientes los sujetos de que eran perseguidos por la Policía no dejaron de mirar un segundo hacia atrás, descuidando el camino que tenían por delante. Tanto fue la persecuta de los delincuentes que –cerca de la calle Amapolas de la Isla del Río Diamante- no advirtieron que de frente venía otro móvil que no logró eludirlos ya que impactaron de frente con el vehículo. No tuvieron peor final estos “cacos” que haber impactado justo con un auto policial. Ambos quedaron internados en el hospital Schestakow y con un antecedente del que no se regocijarán entre sus “colegas” del mundo del hampa.
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