Una situación inaudita sacude por estas horas a San Rafael después de que la Policía hallara, alrededor de las 8 de la mañana a un agricultor en La Pichana, Cañada Seca, que presentaba un disparo en una de sus piernas.
Lo más insólito del caso es la declaración que aportó la propia víctima, ya que aseguró que el autor del disparo fue su perro, de medianas dimensiones.
Ante la sorpresa de los efectivos que arribaron al lugar, esta persona –llamado Raúl Alberto Guizado- indicó que portaba un revolver calibre 22 corto, el cual repentinamente cayó al piso y allí su can empezó a “juguetear” con el mismo, presionando con una de sus patas el gatillo, lo que causó el disparo que –afortunadamente- causó una herida que no puso en riesgo la vida del hombre.
De acuerdo a lo que averiguó Al Filo de La Ley, la versión de Guizado acerca de cómo resultó herido era poco creíble para los uniformados. Ante esa situación, el titular del Segundo Juzgado de Instrucción, Pablo Peñasco, quien interviene en la causa, ordenó realizar las pruebas de parafina sobre las patas del animal las cuales, confirmó este medio, dieron positivas, por lo que se avala lo relatado por el hombre.
El destino del perro por ahora es incierto, pero seguramente será trasladado a las instalaciones de la Perrera Municipal.
Ahora Guizado se recupera en el tercer piso del hospital Schestakow, después de ser intervenido quirúrgicamente para retirar el proyectil de su pierna derecha.
Habrá que revisar los archivos policiales para detectar un caso similar que –hoy por hoy- es el principal tema de charla en el paraje donde sucedió, ya que el damnificado es un conocido vecino de la zona.
La Comisaría 42º de Cañada Seca instruyó esta causa y llamativamente, determinó que el imputado era el perro.
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