El escenario es nada más y nada menos que el Cementerio Central y en las imágenes se observa una figura similar a la de una mujer con un vestido de novia o de quinceañera. Asomándose desde un mausoleo y flotando en la oscuridad, son dos de las fotografías que trascendieron y que están llenas de misterio.
Uno de los vigiladores de la necrópolis local, Fabricio Costanzo, le aseguró al matutino que “acá no hay ningún truco ni cosa parecida, y no tenemos intenciones de figurar con esto. Las fotos son reales y fueron tomadas con mi celular estando mi compañero de trabajo a mi lado”, intentando debilitar la sospecha que muchos ahora tendrán y que tiene que ver con el uso de herramientas informáticas para realizar la foto.
El ininterrumpido ladrido de perros que habitan el lugar fue el indicio que los serenos tuvieron para advertir que algo extraño ocurría. En un principio, como suele ocurrir en el Cementerio, pensaron que se trataba de intrusos que en distintas ocasiones recorren los pasillos para molestar o ocultándose de alguien tras haber cometido un hecho delictivo. Pero no, esta vez no. Frente a ellos –siempre siguiendo su propio relato- se encontraron con esa tenebrosa imagen.
Hacía mucho tiempo que una historia de aparición no involucraba al Cementerio de San Rafael y seguramente la noticia tendrá eco provincial y nacional. Cerraremos con una frase que Costanzo le dijo al diario y también la adoptaremos: “creer o reventar”.
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