La aparición del cuerpo de Kevin Martínez, el joven de 23 años que desapareció en las aguas del río Atuel el pasado fin de semana, confirmó la tercera muerte en el Valle Grande en lo que va de la temporada estival.
Después de arduas tareas de rastrillaje, el cuerpo de Martínez fue hallado por Bomberos en la zona de Tres Vientos, paraje Rincón del Atuel, en Rama Caída.
A este chico que se domiciliaba en la calle Almirante Brown de nuestra ciudad, debemos sumarle el fallecimiento de Federico Díaz (21), que el primer día de este 2012 intentó cruzar a nado las aguas del embalse, lo cual fue infructuoso y terminó ahogándose.
Una semana más tarde, Alejandro Carricondo (19), en una extraña decisión, se lanzó a las aguas del Lago Chico del Valle en plena madrugada. No logró retornar a la orilla y terminó muriendo por inmersión, ante la desesperación de un grupo de amigos que se encontraban con él.
Una realidad que sigue golpeando a nuestra comunidad cada verano y en este caso –lo más llamativo- es que las tres víctimas son de San Rafael, es decir, conocían de los riesgos que implica “aventurarse” en el lago o en el río.
Es necesario llamar a la reflexión para no seguir lamentando muertes que son absolutamente evitables.
Si bien la temporada está cerca de culminar es necesario tener en cuenta todas las recomendaciones a la hora de saciar el calor en un espacio de agua no convencional. Hay que tener en cuenta además que las fuerzas de seguridad, ya sea Policía o Bomberos, no pueden estar pendientes de qué hacen o dejan de hacer los bañistas.
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