La investigación del asesinato de Brian Mohamed el pasado miércoles en el
barrio El Molino arrojó nuevos detalles que fueron confirmados en forma
exclusiva por Al Filo De La Ley.
Tal como anticipamos durante la mañana de este viernes, el jefe de la
Unidad Investigativa de San Rafael, Eduardo Algaba, indicó que el homicidio de
Mohamed tuvo ribetes pasionales, luego de que el presunto autor, un joven de
apellido Garay, descubrió un amorío de la víctima con su novia.
Lo que comprobamos es que a Garay y Mohamed los unía una profunda amistad,
la cual se vio totalmente devastada cuando el primero descubrió una relación
paralela de su mujer con Brian.
Esa situación atormentó a Garay, de tan solo 18 años, que no se conformó
con reprocharle la actitud a su amigo y decidió ir más allá. Resulta escalofriante
imaginar lo que a continuación narraremos, principalmente por que el autor –insistimos-
es un adolescente.
Con el peso de la infidelidad encima, Garay citó a su vivienda a Mohamed y
allí comenzó una serie de hechos violentos que terminaron con la salvaje muerte
del menor de 17 años.
Si bien no fue confirmado oficialmente, se estima que Mohamed estuvo bajo
los tormentos de Garay en la casa durante un buen rato y luego, decidió,
utilizando una cortina, atarla al cuello de la víctima y ahorcarlo hasta su
muerte.
Para sumarle aspectos dantescos a la situación, Garay arrojó el cuerpo de
su amigo en el lecho del río Diamante. Allí yacía de bermuda, remera y con una
sola zapatilla. Pasaron horas y nadie advertía la presencia del cadáver, a tal
punto que unos perros vagabundos comieron parte de su rostro, ya en estado de
descomposición. Fue un grupo de menores el que se encontró con el cuerpo de
Mohamed y allí avisó a la Policía, quien en principio se encontró con un hecho
que no tenía nada de certezas, las que fueron surgiendo con el correr de las
horas.
El llamado clave se registró el jueves, cuando una voz femenina, bajo el
anonimato, avisó que el asesino de Mohamed era Garay, lo cual movilizó a la
Policía hasta la propiedad donde finalmente detuvo al presunto homicida.
Resta saber –y no sería descabellado- que haya sido la misma mujer de Garay
la que dio cuenta al 911 de ese dato fundamental.
En el allanamiento que se realizó en la vivienda de Vélez Sarsfield y Tulio
Angriman, los investigadores prácticamente esclarecieron el hecho, al secuestraron
prendas quemadas que pertenecían a Mohamed y un teléfono celular, escondido en
una pila de ladrillos.
Ahora Garay deberá afrontar el proceso judicial tras las rejas por el
delito más grave del Código Penal.